GUIÓN



En un hogar de ancianos en su silla de ruedas, Frank Sheeran, un veterano de guerra, narra su vida como asesino a sueldo para una organización de delincuencia organizada.

En los años 1950 en Filadelfia, el camionero Sheeran comienza a vender parte del contenido de su cargamento a Felix «Skinny Razor» DiTullio, un gángster local. Después de que la compañía que lo emplea lo acusa de robo, el abogado del sindicato Bill Bufalino lo defiende en el juicio después de que Sheeran se niega a darle al juez los nombres de sus clientes. Bill le presenta a Sheeran a su primo Russell Bufalino, el jefe de la familia criminal de Northeastern Pennsylvania. Sheeran comienza realizar trabajos para Russell y miembros de los bajos fondos del sur de Filadelfia, incluyendo «pintar casas», un eufemismo para referirse a cometer asesinatos. Poco después, a través de Russell, Sheeran conoce a Jimmy Hoffa, el líder de la Hermandad internacional de camioneros, quien tiene lazos económicos con la familia criminal Bufalino y está teniendo dificultades para tratar el ascenso del también teamster Anthony «Tony Pro» Provenzano, como también la presión por parte del gobierno federal. Hoffa entra en confianza con Sheeran y su familia, en especial con su hija Peggy, y Sheeran se transforma en su principal guardaespaldas.

Después de la elección presidencial de John F. Kennedy en 1960, Russell está entusiasmado mientras que Hoffa furioso. El hermano de Kennedy, Robert F. Kennedy, quien fue nombrado Procurador General, forma un equipo con el objetivo de detener a Hoffa, que más tarde es arrestado y procesado en 1964 por intento de influenciar indebidamente al jurado. Con Hoffa en prisión, su reemplazo a cargo de los teamsters, Frank Fitzsimmons, comienza a despilfarrar el dinero del grupo en fondos de pensión y préstamos sin interés a la mafia. La relación de Hoffa con Provenzano, arrestado por extorsión, se deteriora a un nivel irreparable. Finalmente Hoffa es liberado a través de un indulto presidencial de Richard Nixon en 1971, aunque se le prohíbe participar de cualquier actividad de los teamsters hasta 1980.

A pesar de las condiciones de su libertad, Hoffa desarrolla un plan para retomar el poder de los sindicatos. La creciente falta de respeto por parte de Hoffa hacia otros líderes teamsters y otros intereses de la mafia comienzan a preocupar a Russell. Durante una ceremonia en honor a Sheeran en octubre de 1973, Russell le pide a Sheeran que hable con Hoffa y le advierta que los líderes de las familias criminales no están conformes con su comportamiento. Hoffa le comenta a Sheeran que «sabe cosas» que Russell y otros jefes desconocen que sabe, y afirma que es intocable porque si algo le llegase a suceder, terminarían todos en prisión.

En 1975, de camino a la boda de la hija de Bill, Russell le dice a Sheeran que la situación con Hoffa ha llegado a un límite, y que se ha acordado su muerte. Russell le comunica a Sheeran que ha sido elegido como la persona para hacerlo, debido a que, de otro modo, este podría tratar de advertirle o salvarlo. Ambos conducen hasta el aeropuerto, donde Sheeran toma un vuelo a Detroit. Sheeran le dice a Hoffa que llegará a la ciudad en la mañana, pero llega después del mediodía. Hoffa, que había organizado una reunión en una cafetería con Provenzano y Anthony Giacalone, se sorprende al ver a Sheeran llegar en un automóvil junto a su desprevenido hijo adoptivo Chuckie O'Brien y Sal Briguglio, otro gángster. Le avisan a Hoffa que la reunión será en una casa donde Provenzano y Russell están esperando por ellos; Sheeran le asegura a Hoffa que todo está bien y este entra al automóvil. Cuando entra a la casa, Hoffa descubre que no hay nadie y cree que le han tendido una trampa. Se da vuelta para abandonar la casa y en ese momento Sheeran le dispara dos veces a quemarropa, dejando el arma y el cuerpo en la entrada. Después de que Sheeran se va, dos gángsters transportan el cuerpo de Hoffa a un crematorio para eliminar cualquier rastro.

Más tarde, Sheeran, Russell, Provenzano y otros son procesados por varios delitos, ninguno de ellos relacionado a la muerte de Hoffa, y, uno tras otro, terminan muriendo en prisión. Sheeran es liberado y puesto en un hogar para ancianos. Trata de hacer las paces con sus hijas, pero Peggy evita cualquier contacto con él. Sheeran comienza a ver a un sacerdote católico que trabaja en el hogar. El sacerdote le da la absolución en su habitación. En Navidad, mientras el sacerdote abandona la habitación, Sheeran le pide que deje la puerta entreabierta, imitando la costumbre de Hoffa.